martes, 22 de noviembre de 2016

ANÁLISIS DE UNA SITUACIÓN DE RIESGO ESCOLAR (CASO 4)

Breve descripción del problema a abordar: El problema que nos ocupa es el de un alumno que no tiene prácticamente amigos en clase (sólo uno)y que está empezando a sufrir acciones negativas por parte de otros compañeros de clase. Estamos ante una situación que todavía no es de acoso pero que tiene todas las características para acabar siéndolo si no se frena con antelación. Identificación de la situación de la clase y de sus protagonistas: En esta clase, el sociograma de Socioescuela nos muestra que hay cinco alumnos bien vistos por el grupo con un número abultado de amigos por parte de cada uno de ellos. De estos cinco alumnos vamos a tomar a tres como referencia para intervenciones posteriores. Estos alumnos son el número 30, el número 25 y el número 20. Su posición de fuerza social en el grupo nos va a permitir convertirlos en alumnos-ayudantes en la intervención que realicemos. Por otro lado, el alumno número 3 sólo cuenta con un amigo (el número 22)y manifiesta que empieza a sentir comportamientos de rechazo y de aislamiento por parte del resto del grupo. Esta situación es la que motiva nuestra intervención. Propuesta de intervención: Debemos poner los medios para que esta situación de aislamiento y rechazo no acabe convirtiéndose en una situación de acoso sobre el alumno número 3. Inicialmente realizaríamos una entrevista con dicho alumno para que nos manifieste con detalle cómo se siente, en qué situación se encuentra en la clase y qué alumnos son los que han mostrado alguna conducta negativa hacia el. Hecha la entrevista deberíamos facilitar a este alumno la realización de alguna actividad o taller destinada a mejorar sus habilidades sociales con el objeto de abrirse mas a su grupo de clase. También le indicaríamos que, en la medidad de lo posible, procurase estar acompañado en los lugares comunes del centro por el alumno número 22 (su único amigo) o de alguno de los alumnos-ayudante que le propondríamos. De forma paralela, entrevistaríamos a los alumnos números 30, 25 y 20 para intentar integrarlos en la intervención como alumnos-ayudante. Son alumnos de gran peso social en el grupo y contar con ellos desactivaría probablemente que la situación de aislamiento fuera a más. En tercer lugar sería importante realizar una intervención en el aula dirigida a manifestar la inconveniencia de conductas agresivas o de rechazo hacia los compañeros. Esta parte de la intervención correría a cargo del tutor/a del grupo. A este fin, podría desarrollarse alguna dinámica de grupo en la que se intentara dejar claro al grupo lo negativo de conductas agresivas o de aislamiento hacia otros compañeros de clase. Al no haberse producido todavía ninguna de estas conductas no sería necesario imponer medidas sancionadoras a ningún alumno. Estamos ante una intervención preventiva todavía. Seguimiento de la intervención: Sería conveniente volver a utilizar la herramienta Socioescuela pasadas unas semanas para comprobar si la situación de riesgo detectada ha desaparecido y ha mejorado la relación del alumno número 3 con su grupo. También sería interesante que el tutor/a realizase una nueva entrevista personal al alumno al cabo de unas cuatro semanas. Se trata, de este modo, de comprobar por boca del propio alumno la percepción que tiene de su relación con la clase después de iniciada la intervención. Este autoinforme del alumno lo combinaremos con el mapa de la clase que el heteroinforme de Socioescuela nos proporcione. Es conveniente para reforzar y consolidar la intervención realizar, al menos una vez al trimestre, alguna actividad en tutoría destinada a la mejora de las habilidades sociales del alumnado, tanto los posibles agresores como el alumno que pudiera ser acosado.

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